Cuando te sumerges en el mar y una ola pasa por encima de ti.
Ya puedes tener los ojos cerrados,
ya puedes tener los oídos taponados,
intenta cerrar todos los sentidos
aún así la fuerza de la onda te atraviesa.
La claridad azulada cesa,
acompañada del sonido de la espuma crepitando.
Un segundo después, la calma vuelve.
Y es necesario romper la superficie queda
para volver a respirar