martes, 15 de julio de 2014

Dios de la montaña
canta tu latido en mí
el sonido del tambor se acerca
en la eterna noche
con su incondicional luna
sobre mi cabeza
como una corona de luz
El viento me habla a través de ella
y veo los árboles bailar
meciendo a los pájaros en su sueño,
y me inunda el perfume del abuelo fuego
con su risa crujiente
Y a lo lejos, siempre ahí y siempre en movimiento,
me espera la mar
con sus dedos de espuma y su vestido de arena
y me susurra generosa,
bienvenida al hogar