miércoles, 21 de octubre de 2015

Tam-tam, tam-tam, tam-tam

Tam-tam,
Hoy me despierta mi corazón desbocado, sin respetar rituales de despertadores ni nada por el estilo, como una alarma interna con sonido de ancestral tambor. Y late fuerte en el pecho y se escucha tam-tam, tam-tam, tam-tam; y se escucha en los oídos y en el cuerpo entero, el pulso de la vida.

Hoy me despierta mi corazón anhelante. Ha tenido un sueño de una realidad más abundante. O más bien menos mísera, menos ruinosa, menos esclava. Cortando menos las alas a la plenitud y riqueza primeras, antes de que nos las secuestraran.

Y tam-tam en los dedos que dormitaban. Recobra mi cuerpo el pulso y el tren de la mente pone a punto la maquinaria: pasajeros, agárrense a sus asientos. Alguna luz se enciende dentro cuando el aliento vuelve al ser consciente.