domingo, 17 de junio de 2012

Aquello que nunca te dije

De cierto modo, quiero creer que te sientes como en la canción de la entrada anterior.

No es algo que diga por decir, me has ido dando pistas. Son ya 4 meses de pistas y me alegra poder decir que en ese tiempo atravesé tu coraza y llegué a conocerte de cerca, compartir tantos momentos plenos contigo, tantas risas y tantos besos. Tanto amor.

Te quiero. Puedo decirlo abiertamente, me vuelvo a casa y me llevo ese sentimiento con mucha gente que conocí aquí. Pero contigo es distinto, es un grado más. Y lo que no alcanzo a comprender es por qué te empeñas en que todo sea  tan terriblemente complicado.

Fuiste tú quien llevó las cosas a un nivel más alto, consciente o inconscientemente, con gestos pequeños, te fuiste implicando y yo me dejaba llevar, gustándome aquello que estábamos creando. Me parecía real y me llenaba, no era algo que esperaba encontrar en este breve periodo de tiempo pero así pasó y me sentí agradecida.

Tú reaccionaste en la forma contraria. Una vez te viste más apegado, más cercano, te sentiste vulnerable y quisiste romper lazos. No te dejé hacerlo, me parecía que teníamos algo especial y no quería estropearlo. Pude convencerte por algún tiempo pero poco a poco se fue volviendo frágil.

Decidiste aplicar la ley de desintoxicación controlada conmigo, reduciendo los días que nos veíamos, los mensajes que nos mandábamos. Y aunque fuera sorprendentemente incoherente, cuando nos veíamos parecías entregarte como si nada importara, como si todo siguiera siendo tan inocente y dulce como siempre.

No he querido dejar de disfrutar cuando no te veo y lo paso bien cuando salgo con mis amigas. Pero de repente llegas tú -siempre son ellas las que me dan alarma-, y la posibilidad de volver contigo a casa nace siempre como un agradable estímulo -que está prácticamente asegurado.

No te entiendo, y me confundes y me turbas profundamente. Porque en este último par de días no pareces plantearte esta posibilidad. Porque a ratos me haces sentir como si fuera una pasante cualquiera por tu vida cuando sé que no es así. Y porque a ratos me haces sentir querida pero igual entonces te empeñas en poner barreras, en poner tiempo y espacio, un tiempo y un espacio que ya casi no me quedan.

Son 3 días los que me faltan aquí. Francamente será un alivio no tenerte cerca, no tener que pensar que en cualquier momento puedes entrar por la puerta y poner la noche patas arriba, no tener que plantearme qué pasa por esa cabeza tão fodida, tão cheia de merda, como tú dices.

Porque si no me dejas ayudarte, porque si lo que prefieres es alejarte buscando refugio en otras, porque si quieres convencerte que yo no fui importante, adelante; estás completamente en tu derecho. Pero entonces, por favor, déjame fuera de la ecuación. Para que mi cabeza, o más bien mi pecho, no se vea como tú, tan jodido, tan lleno de mierda.


No hay comentarios: