martes, 18 de diciembre de 2012

Mancare

Cuando hace un par de semanas escribía un pequeño comentario en el que ponía el verbo 'echar de menos' en varios idiomas más o menos cercanos, lo hice porque no pensaba ni poetizar ni reflexionar sobre el asunto, me parece una cosa terrible de poner por escrito -por la dificultad de expresar la sensación fuera de esa palabra. Pero bueno, allá vamos con el intento.

Me gusta como suena particularmente en italiano y francés, 'mancare' o 'manquer'. Me hace pensar en una persona manca, que le falta algo que antes formaba parte de sí. La RAE recoge en una de sus acepciones de manco como 'defectuoso, falto de alguna parte necesaria'.

Yo me siento precisamente así. Me sorprende enormemente echar tanto de menos a gente con la que compartí tan poco tiempo, pero sin embargo llegaron a ser tan cercanos, tan próximos, tan auténticos -conviviendo 24 horas al día con estas personas se muestran cómo realmente son, no hay posibilidad de sostener una farsa tanto tiempo.

Ahora estoy con saudades. Siento su falta, me hacen falta y los pienso a diario. No es una sensación necesariamente triste, ya que tiendo a recordar los buenos momentos, las risas, los abrazos, los pequeños gestos. Incluso es más doloroso cuando consigo contactar con ellos por Internet, y surge esa necesidad de volver a vernos, y de la mano aparece la frustración de los lazos que nos atan a nuestras vidas y nos impiden reencontrarnos al momento.

Escribo esto refiriéndome sobre todo a los amigos encontrados hace un mes en ese intercambio juvenil, pero evidentemente me cabe mucha más gente en el saco. Y aún así intento sonreír siempre que los recuerdo, y me gusta pensarlos resplandecientes y felices en sus particulares contextos. Y de vez en cuando, también echándome de menos.

Mis abrazos más sinceros a todos ellos.

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