lunes, 21 de enero de 2013

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Dentro del rígido sistema que supone la sociedad culturalmente occidentalizada, hija del cristianismo y el capital, aún quedan algunas -las menos- estructuras que desafían o incumplen los valores que imperan. Estoy hablando de esos pocos locos que creemos en el amor libre, que pensamos que un único individuo no puede satisfacer todas las necesidades que nos surgen como personas multidimensionales que somos, que buscamos y celebramos la diversidad.

Aún así, cuando explico esto hay gente que me malinterpreta -o que me quiere malinterpretar. Para mí la pluralidad no supone ser una putilla -y quien quiera pensar así pues tan libre que es de pensar como quiera-, para mí la pluralidad significa no depender únicamente de una persona, no solo para mi satisfacción sexual, sino para desarrollarme en cualquier otro aspecto.

Aquí es donde se revela el verdadero matiz; en el encuentro sexual no busco sólo satisfacción física sino que voy un paso más allá: el vértigo de la fusión de los cuerpos y el vértigo de la fusión de las almas, como acostumbra a decir un amigo. Esto no quiere decir otra cosa que cuando nos entregamos al sexo y nos conectamos físicamente con esa persona no podemos obviar la conexión mental. Al contrario de lo que se pueda pensar, no se trata de un cuerpo que satisface a otro cuerpo a la vez que se satisface a sí mismo. Se trata de un individuo que está interactuando con otro individuo. Y como acostumbra a recordarme esa frase que viaja por Internet, 'no eres un cuerpo que tiene alma. Eres alma, lo que tienes es cuerpo' -o algo similar.

Hay ciertas investigaciones inconclusas de la medicina homeopática que dicen que la sífilis nace de la fantasía de que se puede ir teniendo sexo con todo el mundo y evitar la fusión de las almas y los cuerpos, simplemente tomando al otro como un objeto deshechable -usar y tirar. Desafortunadamente, es una tendencia que los hombres llevan practicando ya algún tiempo y que les ha dado ahora a las mujeres por imitar cada vez más.

Desde aquí quiero hacerte notar que esto no es algo totalmente sano, y que el primer paso para evitarlo es, primero aceptarte y quererte a ti mismo, estar bien contigo mismo, para poder aceptar y querer a los demás. Y si sólo buscas sexo, plantéate qué estás necesitando de más -o si estás echando algo de menos.

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