Viviendo del otro lado del rio la influencia del estilo Union Sovietica es palpable. Son grandes las avenidas, asi como los edificios -antes grises, ahora coloridos con excesiva diversidad. La gente, como la temperatura, es un poco fria -un poco timida, me cuentan otros visitantes por aqui-, pero sonrien amablemente a modo de saludo.
No llevo tanto tiempo como para conocer las costumbres y el estilo de vida de los eslovacos, pero me caen bien. No hay un fisico tipico unico, aunque la piel y ojos claros son predominantes, ademas de algun que otro que de vez en cuando sobresale llamativamente en altura.
Frente a los alarmistas que me advirtieron sobre la crudeza de la ciudad o su tamanho limitado, he de decir que me resulta agradable y familiar. Aunque solo nos estamos conociendo, mas adelante habra mas que hablar.
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