Este texto fue fruto de una inspiración espontánea en medio de una clase de literatura en lengua del año pasado. Me gustó la idea, la puse por escrito y así quedó.
En su gesto, de rictus serio ante las páginas amarillentas del libro, se dibujó una sonrisa enigmática al leer la afirmación de uno de los personajes: “yo soy un ángel”. Ante semejante revelación, el otro le preguntaba sarcástico algo aparentemente irrelevante: dónde estaban sus alas.
“Entonces el ángel calló y el rostro, de naturaleza alegre, se volvió sombrío y lúgubre, entornando los ojos al suelo, visionando un recuerdo lejano y dándole, en tono grave, forma oral.
- Un día se me cayeron y no me las pude volver a colocar –contaba melancólico. Fue tal el cambio de su expresión que comencé a escucharlo, atento, envolviéndome un hálito melancólico, una canción triste-. Anduve años buscando a Wendy, la chica que le cosió a Peter Pan su sombra, para ver si podía ayudarme –la voz se le entrecortó, el ceño ligeramente fruncido-. Pero la verdad me golpeó cuando me confesaron que la chica, aquella costurera amateur en la que había depositado mi frágil esperanza, no existía. ¡Que era otro personaje más de un cuento infantil! Eso dijeron y mataron mi fe.
Infinita tristeza acumulada en forma líquida en su mirada esquiva a la mía. El silencio se impuso entre nosotros, posándose cual mirlo negro en un árbol seco, contemplando la escena. No sabía cómo reaccionar. No sabía si abrazarlo, si mantener la distancia o si darle una palmada y felicitarle por la magnífica interpretación, pero esto última lo descarté enseguida: fantasía o no encerraba un pretérito real.
- Mis alas… -le costó continuar, balbuceaba ligeramente y el hilo de voz era un mero susurro-, las tengo guardadas en un baúl. El porqué no sabría explicártelo. Sé que no vendrá Wendy a cosérmelas. No vendrá nadie a apiadarse de un ángel de alas caídas. Y, sin embargo, aún siguen ahí. Aún sigo aquí. Aún, a veces, me siento a esperar a esa persona que me ayude a recuperarme. Al fin y al cabo –el labio le tembló de forma superflua-, sigo siendo un ángel.
Su gesto, de rictus completamente serio hasta el momento, esbozó una sonrisa dulce y amarga a la vez, enigmática.”
El lector cerró el libro tras marcar la página por la que lo retomaría al día siguiente. Una sonrisa ante el cuadro de pasta y papel.
Luces fuera y el lecho, tierno, lo recibió expectante ante la llegada de la nueva noche.
Las críticas siempre son bien recibidas
lunes, 31 de diciembre de 2007
viernes, 28 de diciembre de 2007
Clerks, Kevin Smith (1994)
Porque en la sociedad nos encontramos con individuos débiles y fuertes y no existe la compasión de parte de los últimos para con los primeros. Si, además, intentas salirte del sistema, te conviertes en lo peor.
Cada oración corresponde a Dante y a Randall, respectivamente. El resto de personajes también son tipos y todo es crítica social.
Y es la polla.
- ¿Cuánto os gastáis? ¿20 o 30 dólares a la semana en tabaco?
- 40
- 53
- ¿53 dólares a la semana en tabaco? ¡Por favor! ¿Le pagaríais a alguien todo ese dinero por mataros? Porque éso es lo que estáis haciendo, pagando por el supuesto privilegio de fumar
- De algo hay que morirse, macho
- ¡Ay! Ésa es la clase de mentalidad que hace que la industria del cáncer prospere. ¡Claro que tenemos que morirnos! ¿Pero hay que pagar por éllo? ¿Hay que poner dinero sobre el mostrador y decir "por favor, señor mercader de la muerte, se lo suplico; véndame algo para que me huela el aliento o me huela la ropa y me fría los pulmones"
*En este momento aparecen Jay y Bob el silencioso fumando en simultaneidad con el diálogo*
- Oiga, espere un momento,...
- Sí, claro, ahora me echará un sermón diciendo que sólo hace su trabajo, ¡que cumple órdenes...! Voy a recordaros que havía un grupo de desalmados que cumplía órdenes,... ¡se llamaban nazis!
*Murmullos y se distingue una voz que dice "Jodidos nazis"*
- ¡Sí! ¡Y estuvieron a punto de hacer desaperecer una nación del planeta igual que están haciendo ahora con el tabaco!
*Jay y Bob, igual que antes. Bueno, Jay haciendo polladas con el humo*
- Creo que debería marcharse *inseguro*
- ¿Quiere que me marche? ¿Por qué? ¿Porque estoy diciendo la verdad? ¿Porque estoy dando a estas buenas personas un buen consejo?
*Murmullos*
- Está alborotando y molestando a la gente
- ¿Que yo molesto? ¡USTED sí que molesta! ¿Sabe? Ahora soy un cliente, he comprado un paquete de Chewlees. Soy un cliente que está manteniendo una conversación con otros clientes.
*Más murmullos a favor del orador*
- Di que sí, tío. ¡Así se habla!
- Sí, claro, ahora tiene miedo, porque sabe lo que representamos. ¡Está oliendo la llegada del cambio!
- ¡Claro que lo huele!
- ¡USTED es el CULPABLE de TODO! ¡Y vamos a cerrar esta tienda para siempre, maldito vendedor de cáncer!
- ¡Vendedor de cáncer! ¡Vendedor de cáncer! *todos los clientes*
Cada oración corresponde a Dante y a Randall, respectivamente. El resto de personajes también son tipos y todo es crítica social.
Y es la polla.
- ¿Cuánto os gastáis? ¿20 o 30 dólares a la semana en tabaco?
- 40
- 53
- ¿53 dólares a la semana en tabaco? ¡Por favor! ¿Le pagaríais a alguien todo ese dinero por mataros? Porque éso es lo que estáis haciendo, pagando por el supuesto privilegio de fumar
- De algo hay que morirse, macho
- ¡Ay! Ésa es la clase de mentalidad que hace que la industria del cáncer prospere. ¡Claro que tenemos que morirnos! ¿Pero hay que pagar por éllo? ¿Hay que poner dinero sobre el mostrador y decir "por favor, señor mercader de la muerte, se lo suplico; véndame algo para que me huela el aliento o me huela la ropa y me fría los pulmones"
*En este momento aparecen Jay y Bob el silencioso fumando en simultaneidad con el diálogo*
- Oiga, espere un momento,...
- Sí, claro, ahora me echará un sermón diciendo que sólo hace su trabajo, ¡que cumple órdenes...! Voy a recordaros que havía un grupo de desalmados que cumplía órdenes,... ¡se llamaban nazis!
*Murmullos y se distingue una voz que dice "Jodidos nazis"*
- ¡Sí! ¡Y estuvieron a punto de hacer desaperecer una nación del planeta igual que están haciendo ahora con el tabaco!
*Jay y Bob, igual que antes. Bueno, Jay haciendo polladas con el humo*
- Creo que debería marcharse *inseguro*
- ¿Quiere que me marche? ¿Por qué? ¿Porque estoy diciendo la verdad? ¿Porque estoy dando a estas buenas personas un buen consejo?
*Murmullos*
- Está alborotando y molestando a la gente
- ¿Que yo molesto? ¡USTED sí que molesta! ¿Sabe? Ahora soy un cliente, he comprado un paquete de Chewlees. Soy un cliente que está manteniendo una conversación con otros clientes.
*Más murmullos a favor del orador*
- Di que sí, tío. ¡Así se habla!
- Sí, claro, ahora tiene miedo, porque sabe lo que representamos. ¡Está oliendo la llegada del cambio!
- ¡Claro que lo huele!
- ¡USTED es el CULPABLE de TODO! ¡Y vamos a cerrar esta tienda para siempre, maldito vendedor de cáncer!
- ¡Vendedor de cáncer! ¡Vendedor de cáncer! *todos los clientes*
jueves, 27 de diciembre de 2007
Happiness, Todd Solonz (1998)
Con bajo presupuesto también se hacen buenas películas.
Ésta en particular la tuve que ver como base del trabajo de sociología en el que estaba trabajando, la individualización humana, y lo cierto es que refleja a la perfección la patología de la modernidad: nos sentimos solos. Sí, es así, aunque lo más fácil /menos deprimente es intentar negarlo y autoconvencerse de lo feliz que uno es.
Y, bueno, junto con la recomendación de la película, por lo general, un extracto de la misma
- ¿Eres feliz de verdad?
- ¡Sí!
- ¡No sabes lo feliz que soy sabiendo que tú eres feliz! Porque todo este tiempo he estado pensando que eras muy desdichada
- ¡Ay, Tris! En serio, ya no podría ser más feliz
- Y luego como tu carrera musical nunca...
- ¡Va viento en popa!
- Lo sé, lo sé. Triunfarás, eso lo sé. Y te irás de casa de los papás
- Muy pronto
- Y encontrarás al chico de tu vida
- Seguro que sí. Tengo la sensación de que éste es un nuevo principio
- Pues claro. Que tengas 30 años no significa que no puedas volver a empezar
¿Sabes? Nunca he querido decírtelo..., pero ahora que somos más mayores y me siento tan unida a ti. Bueno, a lo mejor... esto te suena horrible pero [...], lo cierto es que siempre pensé que no llegarías muy lejos, que te quedarías soltera, sin una carrera... sin nada. Y es lo que pensábamos todos; mamá, papá, Helen, toda la familia.
Yo rezaba para que nos equivocáramos. De alguna manera siempre parecías destinada al fracaso.
Y ahora veo que no es cierto. Existe como un rayo de esperanza.
Pero perdona, sé que me repito. Me alegro mucho por ti.
La hipocresía y la apariencia gobiernan nuestro mundo. Y la verdad nos devora, por eso nos gusta tanto contarnos mentiras.
Pero, ya se sabe; mientras haya vida, hay esperanza.
Saludos!
Ésta en particular la tuve que ver como base del trabajo de sociología en el que estaba trabajando, la individualización humana, y lo cierto es que refleja a la perfección la patología de la modernidad: nos sentimos solos. Sí, es así, aunque lo más fácil /menos deprimente es intentar negarlo y autoconvencerse de lo feliz que uno es.
Y, bueno, junto con la recomendación de la película, por lo general, un extracto de la misma
- ¿Eres feliz de verdad?
- ¡Sí!
- ¡No sabes lo feliz que soy sabiendo que tú eres feliz! Porque todo este tiempo he estado pensando que eras muy desdichada
- ¡Ay, Tris! En serio, ya no podría ser más feliz
- Y luego como tu carrera musical nunca...
- ¡Va viento en popa!
- Lo sé, lo sé. Triunfarás, eso lo sé. Y te irás de casa de los papás
- Muy pronto
- Y encontrarás al chico de tu vida
- Seguro que sí. Tengo la sensación de que éste es un nuevo principio
- Pues claro. Que tengas 30 años no significa que no puedas volver a empezar
¿Sabes? Nunca he querido decírtelo..., pero ahora que somos más mayores y me siento tan unida a ti. Bueno, a lo mejor... esto te suena horrible pero [...], lo cierto es que siempre pensé que no llegarías muy lejos, que te quedarías soltera, sin una carrera... sin nada. Y es lo que pensábamos todos; mamá, papá, Helen, toda la familia.
Yo rezaba para que nos equivocáramos. De alguna manera siempre parecías destinada al fracaso.
Y ahora veo que no es cierto. Existe como un rayo de esperanza.
Pero perdona, sé que me repito. Me alegro mucho por ti.
La hipocresía y la apariencia gobiernan nuestro mundo. Y la verdad nos devora, por eso nos gusta tanto contarnos mentiras.
Pero, ya se sabe; mientras haya vida, hay esperanza.
Saludos!
Tiras cómicas
Entre los grafistas, mis preferidos son los diseñadores gráficos y los creadores de tiras cómicas. En fotolog, de estos últimos, están /fakeman2, /ylatirasuelta y /liniers_macanudo.
Yo iré poniendo las tiras que más me llaman la atención -que no las dignas de compartir porque abarcarían demasiado-, empezando con una de Liniers.
Espero que la disfruten
Saludos
Mis saludos de bienvenida
Bueno, pues viendo que cualquier día el fotolog se va a derrumbar y teniendo en cuenta que tengo que salvar mis escritos, quería transcribirlos a otro soporte de blog en el que primara texto sobre imagen, que es el uso que le siempre le he dado a mi fotolog (www.fotolog.com/aemaeth, con un recibimiento algo menos que poco motivador, por decir algo).
Y como primera entrada pondré un breve relato que tuvimos que escribir el año pasado para la clase de filosofía, para medir nuestro nivel de narración ya que el escrito no debía contener una reflexión ética ni nada por el estilo de manera obligada
Sin más, aquí lo dejo
El piano suena dulce en mis oídos, pero es incapaz de acallar los rumores del mar, lozano debido a la visita del viento.
Por oriente se alza un gran cúmulo de nubes grises y opacas, con la amenaza implícita de la ira de algún dios.
Miro a mi alrededor; desde el acantilado la vista panorámica de la ciudad fantasma de los domingos tardíos se extiende ante mí, al igual que la playa húmeda y mustia del otoño y el agua bramadora que se pierde en la línea que en lontananza la divide de la bóveda celeste con su atuendo de matices perlas en las nubes y suaves azules y naranjas en todo su dominio.
Y la melodía me acompaña en mi divagar por el paisaje; y la letra muda me cuenta historias de un sábado lluvioso, manteniendo mi imaginación ociosa en las postreras horas del día.
A mi siniestra la niebla va ganando terreno a la escasa claridad y se me antoja discernir la silueta de un viajero ceniciento.
Se acerca por la senda de la orilla, descalzo y sin lastre alguno. Un pajarillo le acompaña posado en su hombro, otea el horizonte crepuscular divertido por el espectáculo de luces. Parecen compartir la sonrisa.
El ente llega al fin a mi lado y toma asiento tras mi ademán de invitación.
- ¿Qué te gustaría escuchar hoy? –preguntome expectante.
- ¿Quién sabe? A estas horas y con esta brisa en blanco y negro, ¿qué no apetece?
La música brota y la noche cae. Morfeo improvisa.
A más ver
Y como primera entrada pondré un breve relato que tuvimos que escribir el año pasado para la clase de filosofía, para medir nuestro nivel de narración ya que el escrito no debía contener una reflexión ética ni nada por el estilo de manera obligada
Sin más, aquí lo dejo
El piano suena dulce en mis oídos, pero es incapaz de acallar los rumores del mar, lozano debido a la visita del viento.
Por oriente se alza un gran cúmulo de nubes grises y opacas, con la amenaza implícita de la ira de algún dios.
Miro a mi alrededor; desde el acantilado la vista panorámica de la ciudad fantasma de los domingos tardíos se extiende ante mí, al igual que la playa húmeda y mustia del otoño y el agua bramadora que se pierde en la línea que en lontananza la divide de la bóveda celeste con su atuendo de matices perlas en las nubes y suaves azules y naranjas en todo su dominio.
Y la melodía me acompaña en mi divagar por el paisaje; y la letra muda me cuenta historias de un sábado lluvioso, manteniendo mi imaginación ociosa en las postreras horas del día.
A mi siniestra la niebla va ganando terreno a la escasa claridad y se me antoja discernir la silueta de un viajero ceniciento.
Se acerca por la senda de la orilla, descalzo y sin lastre alguno. Un pajarillo le acompaña posado en su hombro, otea el horizonte crepuscular divertido por el espectáculo de luces. Parecen compartir la sonrisa.
El ente llega al fin a mi lado y toma asiento tras mi ademán de invitación.
- ¿Qué te gustaría escuchar hoy? –preguntome expectante.
- ¿Quién sabe? A estas horas y con esta brisa en blanco y negro, ¿qué no apetece?
La música brota y la noche cae. Morfeo improvisa.
A más ver
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