Me dejas revueltos los adentros
Las mariposas no revolotean, quieren salir violentamente por esta boca roja
Me dejas el pecho inquieto
El corazón, cuando no es pesada piedra, se encoge bien pequeño
Me llevas a una primavera agónica
Agarras mi mano con una venda en los ojos
Y ya no sé si paseamos por verdes prados
O vamos todo al frente hacia el abismo
2 comentarios:
Precioso!
Me encantan los dos últimos versos! Olé
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