Volver a esta ciudad se me hace raro. El nivel que tengo de portugués me sorprende, no se me ha olvidado aunque lleve unas semanas sin practicarlo.
Pero el aire es distinto ahora, está como callado. Hay tantos que ya se fueron y otros que están tan ausentes que no..., que no me encuentro.
Escribo desde el cuarto de S. Acaba de mudarse y lo tiene todo desmontado. Me recuerda que los cambios son constantes, los nuevos comienzos necesarios.
Y a mí que sólo me salen los 'hasta-luegos' - yo aún sin saber decir adiós.
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