jueves, 27 de diciembre de 2007

Happiness, Todd Solonz (1998)

Con bajo presupuesto también se hacen buenas películas.
Ésta en particular la tuve que ver como base del trabajo de sociología en el que estaba trabajando, la individualización humana, y lo cierto es que refleja a la perfección la patología de la modernidad: nos sentimos solos. Sí, es así, aunque lo más fácil /menos deprimente es intentar negarlo y autoconvencerse de lo feliz que uno es.
Y, bueno, junto con la recomendación de la película, por lo general, un extracto de la misma

- ¿Eres feliz de verdad?
- ¡Sí!
- ¡No sabes lo feliz que soy sabiendo que tú eres feliz! Porque todo este tiempo he estado pensando que eras muy desdichada
- ¡Ay, Tris! En serio, ya no podría ser más feliz
- Y luego como tu carrera musical nunca...
- ¡Va viento en popa!
- Lo sé, lo sé. Triunfarás, eso lo sé. Y te irás de casa de los papás
- Muy pronto
- Y encontrarás al chico de tu vida
- Seguro que sí. Tengo la sensación de que éste es un nuevo principio
- Pues claro. Que tengas 30 años no significa que no puedas volver a empezar
¿Sabes? Nunca he querido decírtelo..., pero ahora que somos más mayores y me siento tan unida a ti. Bueno, a lo mejor... esto te suena horrible pero [...], lo cierto es que siempre pensé que no llegarías muy lejos, que te quedarías soltera, sin una carrera... sin nada. Y es lo que pensábamos todos; mamá, papá, Helen, toda la familia.
Yo rezaba para que nos equivocáramos. De alguna manera siempre parecías destinada al fracaso.
Y ahora veo que no es cierto. Existe como un rayo de esperanza.
Pero perdona, sé que me repito. Me alegro mucho por ti.

La hipocresía y la apariencia gobiernan nuestro mundo. Y la verdad nos devora, por eso nos gusta tanto contarnos mentiras.
Pero, ya se sabe; mientras haya vida, hay esperanza.

Saludos!

1 comentario:

Dani dijo...

Y ahora blogeas.

Vendida!