lunes, 31 de diciembre de 2007

Soy un ángel

Este texto fue fruto de una inspiración espontánea en medio de una clase de literatura en lengua del año pasado. Me gustó la idea, la puse por escrito y así quedó.

En su gesto, de rictus serio ante las páginas amarillentas del libro, se dibujó una sonrisa enigmática al leer la afirmación de uno de los personajes: “yo soy un ángel”. Ante semejante revelación, el otro le preguntaba sarcástico algo aparentemente irrelevante: dónde estaban sus alas.
“Entonces el ángel calló y el rostro, de naturaleza alegre, se volvió sombrío y lúgubre, entornando los ojos al suelo, visionando un recuerdo lejano y dándole, en tono grave, forma oral.
- Un día se me cayeron y no me las pude volver a colocar –contaba melancólico. Fue tal el cambio de su expresión que comencé a escucharlo, atento, envolviéndome un hálito melancólico, una canción triste-. Anduve años buscando a Wendy, la chica que le cosió a Peter Pan su sombra, para ver si podía ayudarme –la voz se le entrecortó, el ceño ligeramente fruncido-. Pero la verdad me golpeó cuando me confesaron que la chica, aquella costurera amateur en la que había depositado mi frágil esperanza, no existía. ¡Que era otro personaje más de un cuento infantil! Eso dijeron y mataron mi fe.
Infinita tristeza acumulada en forma líquida en su mirada esquiva a la mía. El silencio se impuso entre nosotros, posándose cual mirlo negro en un árbol seco, contemplando la escena. No sabía cómo reaccionar. No sabía si abrazarlo, si mantener la distancia o si darle una palmada y felicitarle por la magnífica interpretación, pero esto última lo descarté enseguida: fantasía o no encerraba un pretérito real.
- Mis alas… -le costó continuar, balbuceaba ligeramente y el hilo de voz era un mero susurro-, las tengo guardadas en un baúl. El porqué no sabría explicártelo. Sé que no vendrá Wendy a cosérmelas. No vendrá nadie a apiadarse de un ángel de alas caídas. Y, sin embargo, aún siguen ahí. Aún sigo aquí. Aún, a veces, me siento a esperar a esa persona que me ayude a recuperarme. Al fin y al cabo –el labio le tembló de forma superflua-, sigo siendo un ángel.
Su gesto, de rictus completamente serio hasta el momento, esbozó una sonrisa dulce y amarga a la vez, enigmática.”
El lector cerró el libro tras marcar la página por la que lo retomaría al día siguiente. Una sonrisa ante el cuadro de pasta y papel.
Luces fuera y el lecho, tierno, lo recibió expectante ante la llegada de la nueva noche.

Las críticas siempre son bien recibidas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué chulo. Me atreveria a hacer un referencia deportiva mediante un simil, aunque no se si el futbol es bienvenido, pero bueno ^^' Hace poco salio un reportaje sobre el declive de Ronaldinho, y una de las hipotesis que se barajaron fue el hecho de que le otorgaran el balon de oro y el fifa world player (ambos son los galardones mas prestigiosos que un jugador de futbol a nivel individual puede recibir), esto lo proyecto como el mejor jugador del futbol del momento. Al parecer el esperaba que todo el mundo lo aupase por el merito conseguido, pero lo unico que la aficion hace es agradecerselo y, en cierto modo, espera que el mantenga el nivel, algo que no consigue por lo que la prensa (fiel a su cometido) lo acribilla no por que deje de ser un gran jugador, si no por no mantener el nivel de numero uno mundial. Un trofeo se recibe al conseguir unos meritos, eso no te convierte en nada, simplemente se reconoce lo que fuiste durante esa temporada. Los galardones (al igual que las alas) los tendra en algun lujoso estante de su "humilde" morada, pero eso no le convierte eternamente en el mejor.


A lo mejor no viene al caso pero tenia ganas (el origen de las ganas se debate en la inspiracion y el aburrimiento xD).

Un saludo =D