Anécdota que encontré haciendo un trabajo para la asignatura del cuatrimestre anterior.
Ocurrió que en el rodaje de Mar de hierba, se grabó una escena de despedida entre Melvyn Douglas y Hepburn de la que Kazan estaba especialmente orgulloso, cuando es llamado por uno de los jefes del Estudio, Mayer, a quien no le había gustado las tomas. El motivo de disgusto del productor era que las lágrimas no corrían bien, no del modo en que la estética idealizadora del Estudio pensaba que debían correr.
- Pero sus lágrimas no corren bien
- ¿Qué quiere usted decir?
- Sus lágrimas corren demasiado cerca de la nariz, parece que salen de la nariz, que son mocos
- ¡Señor! No puedo hacer nada sobre la forma que tienen de correr las lágrimas por la cara
- Joven, le queda por aprender una cosa. Nuestro trabajo es el de hacer bonitas películas con personajes adorables, y todo individuo que no reconoce esto no deberçia dedicarse a este oficio
No existe la objetividad en el discurso, sino realidades verosímiles
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